El fenómeno de declive y extinción de poblaciones de anfibios ha afectado a muchas especies alrededor del mundo (DiRenzo et al., 2014; McCaffery, Richards-Zawacki, y Lips, 2015). En el trópico, el género Atelopus es el grupo más afectado por este fenómeno (La Marca et al., 2005; Lötters et al., 2023) con el 90% de las especies en alguna categoría de amenaza de acuerdo a la lista roja de la IUCN (IUCN 2025). Costa Rica cuenta con 4 especies de Atelopus reconocidos (A. varius, A. chiriquiensis, A. senex y A. chirripoensis), pero solo la Rana Arlequín Variable (A. varius) mantiene poblaciones conocidas desde el 2005 hasta la actualidad (Ryan et al. 2005, Gómez-Hoyo5 et al. 2021).
Estas poblaciones remanentes no solo ofrecen una esperanza para la supervivencia de la especie y el género, sino también una oportunidad para la investigación y la implementación de acciones de conservación. Para esto, es necesario realizar una planificación adecuada que pueda ser la hoja de ruta para estas acciones.
Identificamos dos principales amenazas que pueden ocasionar la extinción de la Rana Arlequín Variable (Atelopus varius) en Costa Rica:
Pérdida y degradación del hábitat: Esta amenaza estpa representada principalmente por la contaminación de los ecosistemas acuáticos; el manejo inadecuado de los sistemas agropecuarios; el manejo inadecuado de las zonas de protección hídrica.
Las enfermedades: ocasionadas o relacionadas con el hongo Batrachochytrium dendrobatidis (Bd); Protocolos de bioseguridad inadecuados.
Para A. varius, se conocen los efectos del disturbio del hábitat en su reproducción (Gómez-Hoyos et al. 2020), así como la prevalencia del hongo patogénico Bd y las características de los individuos infectados (Seisdedos-de-Vergara et al. 2022).
En la Zona Protectora Las Tablas (ZPLT) en Costa Rica, en el año 2013, existieron esfuerzos por conocer el estado poblacional de A. varius a través de modelos de captura-recaptura, pero con importantes problemas de detectabilidad (González-Maya et al. 2018). Estos problemas fueron superados con más experiencia y mayores esfuerzos de campo (Seisdedos de Vergara 2017).
Recomendaciones: Establecer un protocolo de seguimiento poblacional basado en las experiencias previas de uso de modelos de captura-recaptura, ocupación o muestreo por distancias. Las poblaciones con necesidades de conocimiento se encuentran en Pérez Zeledón y Uvita.
Las poblaciones que quizás son más estables se encuentran en la Zona Protectora Las Tablas en la Finca Las Alturas de Cotón. En esta existen esfuerzos de conservación, pero existen áreas en zonas de ronda hídrica con uso inadecuado del suelo. Otras poblaciones como la de Pérez Zeledón, es quizás la que tiene mayores presiones y necesita acciones urgentes de prevención y mitigación de amenazas.
Recomendaciones: Establecer e implementar protocolos de bioseguridad en los sitios aledaños al acceso de las poblaciones. Iniciar estrategias de educación y acción ambiental en la población de Pérez Zeledón. Iniciar estrategias de restauración ecológica en la microcuenca del río Cotón.
En Costa Rica no existe capacidad instalada en instituciones formales, para tener colonias de rescate. Se recomienda explorar con el instituto Clodomiro Picado o la Universidad de Costa Rica iniciar la adecuación y capacidad técnica para iniciar colonias de rescate.